Resistencia antimicrobiana: amenaza a la salud
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) calcula que. para 2050, las enfermedades resistentes a los antimicrobianos podrían causar hasta 10 millones de muertes anuales, además de ocasionar daños económicos significativos para la población mundial, dado que su tratamiento aumenta los costos médicos y la duración de las hospitalizaciones.
Dicha resistencia a los antimicrobianos (RAM) aparece cuando las bacterias, parásitos, hongos y virus se modifican a lo largo del tiempo y dejan de responder a los medicamentos como antes sí lo hacían. Esto provoca que las infecciones persistan en el organismo, a la vez que se eleva el riesgo de propagación de afecciones a otras personas.
Entre los antimicrobianos se encuentran los antibióticos, antivíricos, antifüngicos y antipalúdicos. La resistencia a éstos representa una amenaza cada vez mayor para la salud pública de todo el mundo, puesto que los medicamentos se vuelven ineficaces ante formas más graves de distintos padecimientos.
ELIMINAR LAS MALAS PRÁCTICAS
Existen diferentes costumbres que conducen a la resistencia antimicrobiana. Entre ellas está la compra excesiva de antibióticos, no finalizar el tratamiento recetado en tiempo y forma, y por supuesto, la automedicación. Solo deben tomarse los fármacos recetados para un caso y síntomas específicos. Hay muchos antibióticos en el mercado, y tomare! incorrecto puede prolongar la enfermedad o permitir que las bacterias se multipliquen.
Que los síntomas disminuyan no significa que estos microorganismos hayan sido eliminados. Siempre debe complctarsccl tratamiento prescrito o, de lo contrario, algunas bacterias pueden sobrevivir, hacerse resistentes y volver a atacaT, apunta en entrevista Víctor Fainstein. especialista en padecimientos infecciosos del Hospital Houston Methodist.
Tomar antibióticos sin prescripción médica también expone a los pacientes a efectos secun danos que pueden ir desde problemas de salud menores hasta de gravedad. Entre éstos se incluyen sarpullido, náuseas, diarrea e infecciones por hongos. En el caso de los infantes, las reacciones a éstos son una causa común de visitas a las salas de emergencias relacionadas con medicamentos.
Los investigadores del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) dicen que el uso indiscriminado de los antimicrobianos no se debe solo a la automedicación, sino también a que muchos médicos recetan antibióticos de manera innecesaria para tratar infecciones virales como gripes, catarros, influenza, covid 19e incluso padecimientos diarreicos.
PROMOVER EL USO RESPONSABLE
Para reducir la resistencia a los antimicrobianos, especialistas recomiendan como primera medida evitar la automedicación. o sea, utilizar estos medicamentos solo cuando los médicos los prescriban. De igual manera, deben seguirse al pie de la letra las indicaciones en cuanto a la dosis y duración de la medicación, y también muy importante, no dejar a medias el tratamiento una vez que han desaparecido los síntomas de la enfermedad.
También sugieren no utilizar los antibióticos sobrantes de algún tratamiento anterior. No se deben tomar medicamentos vencidos de ningún tipo. Después de la fecha indicada, el fármaco pierde su potencia. Hacer esto, además, puede prolongar el problemay producir efectos secundarios no deseados, señala el infectólogo del Hospital Houston Methodist.
La ONU advierte, incluso, que las intervenciones médicas que requieren antimicrobianos, tales como trasplantes de órganos, reemplazo de articulaciones, quimioterapias contra el cáncer y la atención de bebés prematuros, pueden volverse peligrosas si no se controla este problema de preocupación mundial.
POR TI Y POR LOS DEMÁS
Entre las medidas recomendadas por los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés) para evitar el contagio de infecciones se encuentran:
Lavarse las manos de manerafrecuente.
Cubrirse nariz y boca al toser o estornudar.
Quedarse en casa cuando se está enfermo.
No tocarse ojos, nariz y boca con las manos sucias. _ Evitar el contacto cercano con personas que estén resfriadas o tengan infecciones en las vías respiratorias superiores.
Ponerse las vacunas recomendadas, como la de la influenza.