Armas que usan narcos vienen de 4 puntos de Arizona y Texas
- Un grupo de fabricantes y armerías sigue colaborando con los cárteles para surtir fentanilo a los drogadictos de EU
- Todos los caminos del tráfico de armas a México parten de Arizona y Texas
No es un misterio, Estados Unidos es el principal (prácticamente el único) exportador de armas ilegales a México para que los cárteles garanticen a los millones de drogadictos estadounidenses su dosis diaria de fentanilo.
Pero de las diferentes rutas hay de entrada muchas de un solo carril y algunas que son auténticas autopistas, las cuatro más grandes tienen como punto de partida: Houston, San Antonio, en Texas; y Tucson y Phoenix, en Arizona.
Según el último informe de la Agencia de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF) de EU, que rastrea el origen de las armas incautadas en México, Houston es la ciudad con más distribuidores de armas que surten al crimen organizado (296); seguido de San Antonio (191), seguidas de Tucson y Phoenix (con 144 y 132, respectivamente), pero existen armerías en todos los condados limítrofes.
Estas cuatro autopistas —o como lo llaman en EU los activistas antiarmas “iron rivers”— tienen como principales destinos Sonora, Baja California, Chihuahua, Nuevo León y Tamaulipas, y más al interior de la República, Guanajuato, azotado por una creciente violencia en los últimos años,
(Primera parte)
No es un misterio, Estados Unidos es el principal (prácticamente el único) exportador de armas ilegales a México para que los cárteles garanticen a los millones de drogadictos estadounidenses su dosis diaria de fentanilo; pero de las diferentes rutas hay de entrada hay muchas de un solo carril y algunas que son auténticas autopistas, las cuatro más grandes tienen como punto de partida: Houston, San Antonio, en Texas; y Tuc-son y Phoenix, en Arizona.
Según el último informe de la Agencia de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF) de EU, que rastrea eí origen de las armas incautadas en México, Houston es la ciudad con más distribuidores de armas que surten al crimen organizado (296); seguido de San Antonio (191), seguidas de Tucson y Phoenix (con 144 y 132, respectivamente), pero existen armerías en todos los condados limítrofes.
Estas cuatro autopistas —o como lo llaman en EU los activistas antiarmas “iron rivers”— tiene como principales destinos Sonora, Baja California, Chihuahua, Nuevo León y Tamaulipas, y más al interior de la República, Guana-juato, azotado por una creciente violencia en los últimos años.
Según datos de la PGR, de las aproximadamente 200 mil armas que se contrabandean a México anualmente desde EU, el 74% llega de Arizona, Texas, y en menor medida Nuevo México y California.
LA RUTA ARIZONA-SONORA,
LA MÁS TRANSITADA
Según el informe de la AFT, la ruta dominante del tráfico de armas en los últimos años es la que va de Arizona a Sonora, con 1,618 armas detectadas en delitos de alto impacto.
La situación estratégica de Arizona explica en parte el éxito de esta ruta, ya que la vecina Sonora es el paso natural
hacia Sinaloa y Jalisco, los dos estados mexicanos donde surgieron los dos cárteles más poderosos en la actualidad: el Cártel de Sinaloa y el Cártel Jalisco Nueva Generación. De hecho, el 80% de las armas “made in USA” incautadas por las autoridades mexicanas pertenecían a estas dos organizaciones criminales.
Sin embargo, esta “ventaja geográfica” de las armerías de Arizona que se lucran de los cárteles mexicanos no explicaría por qué han proliferado en ese estado y no en el vecino Nuevo México.
A pesar de que ambos estados desérticos de EU tienen frontera común con Sonora, en Nuevo México hay 460 armerías, en Arizona hay el triple, unas 1,353 armerías, aunque es Texas (el estados con más kilómetros de frontera con México) donde la cifra es escanda-
losa (5,328, casi doce veces más).
¿Qué explica entonces la diferencia? Las leyes de control de armas... o más bien la falta de leyes. ¿Y cuáles son los estados fronterizos con las leyes más laxas? Texas y sobre todo Arizona.
Para comprar un arma en Arizona no se necesita licencia y basta con no tener antecedentes penales y tener cumplidos 21 años. Si el cliente tiene 18 años, puede comprar en nombre de un tercero, aportando sus identificaciones y que los datos de ambos no aparezcan en el bando de datos del FBI. Pero, el diablo está en el detalle, y basta que una organización criminal, estadounidense o extranjera, contrate a cualquier de los miles de intermediarios sin ficha policial.
De hecho, los activistas antiarmas llevan uno años denunciando que en
Phoenix y Tucson se han detectado patrones de compras hechas por los llamados “straw purchasers” (testaferros limpios), individuos sin antecedentes penales que adquieren armas en nombre de terceros con destino a ciudades del otro lado de la frontera, principalmente Nogales y San Luis Río Colorado, Sonora.
Los hechos están ahí y las armerías identificadas y demandadas judicialmente por las autoridades mexicanas, falta por ver si el presidente de EU, Donald Trump, honre su palabra a la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, y persiga a los que hacen negocio enviando armas de guerra a los cárteles para que estos puedan seguir intimidando y matando para que nadie interrumpa el tráfico de fentanilo a los millones de drogadictos estadounidenses»